El desafío
El control de la fermentación durante la elaboración del vino se ha convertido en un tema de gran actualidad en los últimos años. Cuanto mejor se mantenga la temperatura en los depósitos de almacenamiento dentro del rango de temperatura óptimo, mayor será la calidad del vino. Esto es especialmente importante en las primeras fases de la producción, justo después de que los depósitos se hayan llenado de mosto de uva. La gran cantidad de calor que se libera durante la fermentación requiere una refrigeración adecuada.
Un método especial utilizado en esta fase es la llamada fermentación en frío. En este caso, la temperatura debe mantenerse constante entre 15 y 20 °C para que las cepas especiales de levadura puedan trabajar. Los resultados son entonces vinos extremadamente frescos, limpios y de estructura sencilla.